La crisis económica no deja grieta en el negocio de los seguros de decesos. Los españoles prefieren quitarse de antojos que dejar de pagar este seguro.
En la actualidad, contar con un seguro de decesos es una necesidad para las familias. Aunque priorizan en recortar gastos y ahorros sienten que deben contar con un seguro de decesos. Esto quiere decir que a pesar de las dificultades económicas sigue creciendo el número de contrataciones para cubrir los gastos de inhumación.
La necesidad de un seguro de este tipo viene dada por la preocupación de las familias por el bienestar y la calidad de vida tanto presente como futura.
Los seguros de decesos no se dejan influenciar tanto por el sistema sino que sigue aumentando el número de pólizas contratadas, lo que hace que aumente su evolución económica.
La sociedad española está acostumbrada a la contratación de este tipo de pólizas y quizá esta sea la causa por la que el seguro de decesos siga creciendo de forma tan rápida. Sin embargo, hay otros productos del sector seguros que se han visto bastante afectados por la crisis.
Aunque se contraten más pólizas de decesos para cubrir los gastos de defunción, la tranquilidad no es la misma para el sector de los seguros de decesos.
Las compañías se han dado cuenta que a pesar de la fidelidad de los clientes, estos disminuyen las coberturas contratadas en sus seguros de decesos para que se rebaje la prima y eliminan prestaciones que antes eran irrevocables. Esto quiere decir, que lo que buscan es contratar alternativas adaptadas a los tiempos que corren.
Este seguro ha ido evolucionando sumando nuevas coberturas dirigidas a la gestión total de los siniestros, añadiendo también los aspectos legales y de asistencia para los familiares del fallecido.
El sector no se encuentra en su mejor momento ya que no es del todo impenetrable a los efectos de la crisis y uno de los elementos que apoyan esto son las dificultades para renovar las pólizas de los seguros de decesos.
Dentro del sector de los seguros, el ramo de los seguros de decesos es el más estable y menos penetrable ante la situación económica. Las familias no renuncian a su seguro de decesos aunque tengan que rebajar la prima eliminando coberturas.